domingo, 3 de noviembre de 2019

Propuesta de solución integral de prevención del cáncer mediante biomimética

Propuesta de solución integral de prevención del cáncer mediante biomimética


Abstracto
La transferencia celular adoptiva es un método que implementa los conceptos de la inmunoterapia para tratar determinados tipos de cáncer. Las CAR T-cells son un derivado de esta estrategia, en donde se retiran los linfocitos T del paciente para mejorarlos mediante un proceso que involucra su cultivo con otros patógenos atenuados in vitro. Los patógenos proveen a la sustancia de antígenos similares a los secretados por células cancerosas, permitiendo localizarlas dentro del organismo. Nuevamente, los linfocitos T modificados son introducidos en el paciente y el cáncer es incapaz de evitar la respuesta del sistema inmunitario. Para tipos de cáncer específicos tales como el linfoma y la leucemia, el tratamiento resulta relativamente exitoso. De manera que, el potencial de las CAR T- cells es inconmensurable y abre nuevas oportunidades para el estudio de otros tipos de cáncer. Al predisponer de los biomarcadores que presentan los tumores, encontrar el patógeno con una estructura similar será el siguiente paso para cultivar los millones de linfocitos T que combatirán esta enfermedad. El cáncer de pulmón continúa siendo el más mortífero de todos los cánceres, por lo que el artículo estará enfocado a estudiar este tipo.



Cada organismo está sujeto a una constante interacción con los componentes que conforman el bioma en el cual éste se encuentra. La interrelación entre un ser vivo y un agente patógeno se presenta de manera continua, por lo que el espécimen cuenta con diversos sistemas de órganos que le ayudan a combatir estas sustancias capaces de infringirle daño. La mayoría de los organismos se protegen de dichos patógenos mediante mecanismos generales haciendo uso de barreras físicas (como la piel, mucosa).(1) Asimismo, básicamente todo ser vivo con un aparato circulatorio, goza de un sistema de protección más complejo conocido como el sistema inmunitario. Dicho sistema es una red de células, tejidos y células encargadas de erradicar toda aquella sustancia que no es reconocida por el mismo organismo. El sistema inmunitario, adaptivo e innato, trabaja junto con otros sistemas (tegumentario, circulatorio, linfático, endócrino, entre otros) con el objetivo de mantener una homeostasis, dentro de los parámetros de cada espécimen. (Lozano,2012)

Tomando un enfoque más específico hacia nuestra situación problema, la presencia de células cancerosas en los pulmones se dividen en tres fases. Empecemos por la fase de eliminación, en donde el sistema inmunitario es capaz de aniquilar células cancerosas individuales en lo que se originan. Las células pertenecientes al sistema inmunitario mantienen la neoplasia bajo control.  Después, se llega a la fase de equilibrio, en donde la tasa de crecimiento tumoral asimila la reacción de respuesta de los leucocitos. La carga de trabajo de las células inmunitarias aumenta mientras el desarrollo del tumor sigue regulado. A medida que las células cancerosas sufren de cambios genéticos, se aproxima la última fase de este proceso, la fase de escape. En esta sección, las células tumorales dejan de ser detectadas por el sistema inmunitario y abre el paso a una proliferación descontrolada de éstas, originando otra serie de complicaciones como lo es la metástasis (Beer, 2019). Las causantes principales de la propagación de un cáncer residen en el funcionamiento incorrecto de dos biomoléculas. El primero es una cadena de citocinas denominadas TGF-B (Factor de crecimiento transformante-beta), que es la encargada de regular varias funciones celulares como la proliferación, la apoptosis, la angiogénesis, entre otras. Mutaciones en las vías de señalización del TGF-B conceden un crecimiento celular descontrolado, que a su vez, contribuye a generar un microambiente inmunosupresor tumoral, pasando por alto la respuesta que el sistema inmunitario debería de tener (Elliot, Blobe 2005). Otro factor involucra las moléculas CMH de clase 1 (Complejo mayor de histocompatibilidad), que por sí mismas se dividen en dos tipos. Las CMH-1 clásicas funcionan de manera que presentan ligandos de péptidos antigénicos de células infectadas a los linfocitos T, de tipo CD8+. En cambio, las CMH-1 no clásicas, activan estímulos en las células NK (Natural killers). Ambas comparten el propósito de eliminar células con algún tipo de mutación o infección. En la fase de escape, la falta de expresión de estas moléculas colaboran con el desarrollo de una neoplasia. (Halenius, Gerke, Hengel 2014)
Ya establecida la seriedad del problema, es necesario modelar un dispositivo biotecnológico que se encargue de reconocer la presencia de células cancerosas en un organismo y por ende, erradicarlas en su totalidad. Por su parte, los métodos convencionales utilizados para la terapia del cáncer siguen permaneciendo ineficaces y llevan consigo, un sinnúmero de efectos colaterales. Abordando los principios de la biomimética, a mi consideración, es vital basarnos en la información proporcionada por la naturaleza que ha sido recabada a lo largo de miles de años de procesos evolutivos y utilizarla por medio de nuestro mismo sistema complejo de defensas ante patógenos. Junto con los fundamentos de química y biología molecular, usaremos el razonamiento deductivo para formular una hipótesis y con ello realizar una serie de experimentos. Todo con el objetivo de llegar a una solución concreta a nuestro problema.
De acuerdo con la Fundación ASCO (American Society of Clinical Oncology) la inmunoterapia es un tipo de tratamiento que utiliza las propias sustancias producidas por el organismo del paciente con el fin de estimular, restaurar o mejorar su sistema inmunitario de manera que sea capaz de combatir el cáncer. La transferencia celular adoptiva es una estrategia de inmunoterapia de la cual se derivan aún más clases de transferencias, dependiendo de las células empleadas. Para el arquetipo propuesto utilizaremos los fundamentos de las CAR T-cells, que sustentan el desarrollo clínico más avanzado de todos los tipos de transferencias celulares adoptivas. Acreditando las investigaciones de numerosos artículos científicos, el potencial de implementar las CAR T-cells en el área oncológica es vasto. Las CAR T-cells son linfocitos T extraídos de la sangre del paciente que son modificados genéticamente para contener un receptor artificial (denominado receptor de antígeno quimérico) en su superficie. En el laboratorio, un virus atenuado es introducido en el linfocito T. Se utiliza el virus inactivo para insertar genes dentro del linfocito, lo que generará los receptores de antígeno quimérico previamente mencionados. Se estimula la proliferación de las nuevas células modificadas y son reinsertadas en el paciente mediante la vía intravenosa. Los receptores proteicos de los linfocitos T modificados serán capaces de enlazarse con los antígenos presentes en la superficie de las células cancerosas, habilitando una respuesta del sistema inmune causando la erradicación del patógeno.
Actualmente, esta terapia ya ha sido aprobada por la FDA (Food and Drug Administration) y ha sido empleada en pacientes que sufren de linfoma y leucemia. Indudablemente, el futuro de esta terapia es prometedora y abre áreas de oportunidad para lidiar con distintos tipos de cáncer. Para nuestra situación problema, se modelará una CAR T-cell capaz de enlazarse con células cancerosas en el pulmón.
Justificación
El cáncer de pulmón es la principal causa de muerte en las sociedades industrializadas. Asimismo, el ranking de mortalidad va incrementando a escalas desenfrenadas a través del resto del mundo (Goodman, 2000). Por lo que es necesario elaborar un producto enfocado a combatir este tipo de cáncer en específico.
Existen dos tipos de cáncer pulmonar, que son clasificados mediante el tipo de células que el cáncer llegue a presentar (NHS,2019).
·         Cáncer de pulmón de células no pequeñas: Es el tipo más común, se le atribuye a un 87% de los casos. Se dividen en 3 subdivisiones, adenocarcinoma, carcinoma de células escamosas y carcinoma de células grandes.
·         Cáncer de pulmón de células pequeñas: Es menos común y generalmente se disipa más rápido que el cáncer de células no pequeñas.
Nuestro modelo se enfocará en tratar con el cáncer pulmonar de células no pequeñas. A fin de que intentamos beneficiar el mayor número de personas posibles, siendo este tipo el más común.
Hipótesis
Las proteínas, también denominados antígenos, expresadas por los tumores presentes en el pulmón serán la clave para que las CAR T-cells pueda identificar el patógeno e iniciar una respuesta del sistema inmune. Estos antígenos son utilizados como biomarcadores que ayudan a diferenciar una célula tumoral de una sana. De igual modo, al agrupar el linfocito T del paciente con un virus atenuado modificado con antígenos similares a los presentados por las células tumorales, se obtendrá un producto con la habilidad de combatir eficazmente el cáncer pulmonar mediante la inmunoterapia.
Dibujo del modelo teórico del dispositivo
Análisis de información

A continuación, se presentan diversas investigaciones científicas que exponen los biomarcadores que contribuirán a diseñar un receptor de antígeno quimérico capaz de reaccionar con su contraparte, la célula cancerosa.
-          Mehan et al, llevaron a cabo un estudio en donde utilizaron una tecnología proteómica llamada SOMAscan, un programa basado en aptámeros capaz de medir alrededor de 1305 analitos de proteínas humanas, con el fin de descubrir nuevos biomarcadores de muestras de tejido y suero. Se realizó un análisis de expresión de proteínas a gran escala de muestras de tejido pulmonar de resecciones quirúrgicas de ocho pacientes que sufrían de cáncer pulmonar de células no pequeñas. Para identificar posibles biomarcadores de CPCNP, se buscaron analitos con niveles altos de cambio entre expresiones de proteínas de tejidos tumorales y tejidos no tumorales. En total, se encontraron 36 proteínas, las cuales fueron categorizadas mediante los procesos biológicos que estas llevaban a cabo.
Asimismo, en la plataforma de SOMAscan, se analizó la concentración de estas proteínas en un suero, para simular el movimiento que éstas tendrían dentro de los vasos sanguíneos del organismo y observar si el programa fuera capaz de identificar los mismos patrones que encontró para las pruebas en los tejidos. En este caso, 13 de los 36 biomarcadores fueron reportados en el suero (BCA-1, cadherin-1, catalasa, endostatina, IGFBP-2, MRC1, MMP-7, MAPK-13, NAGK, VEGF y YES)

-          Para proteínas más específicas, Ye et al, descubrieron que la tiorredoxina reductasa es altamente expresada en CPCNP in vitro al igual que in vivo. La TrxR está involucrada en las actividades del factor de transcripción, en regular el equilibrio redox y en el crecimiento tumoral de CPCNP.

-          En otro estudio comandado por la TLCR (Translational Lung Cancer Research), se analizaron las siguientes proteínas: fragmento de citoqueratina 19 (CYFRA 21-1), antígeno carcinoembrionario (ACE), antígeno de cáncer 125(CA125) y la proteína surfactante B (Pro-SFTPB). Se concluyo que CYFRA 21-1, un polipéptido que reconoce citoqueratina soluble, es el biomarcador más sensible para diferenciar cáncer pulmonar de condiciones no malignas. Además, niveles elevados de ACE en suero se han asociado con etapas avanzadas de CPCNP y metástasis cerebral. Asimismo, CA125, una glicoproteína producida en el tejido fetal, es expresada en altas concentraciones en pacientes con cáncer de pulmón. Por último, Pro-SFTPB, una proteína circulante sintetizada en células bronquiales y neumocitos tipo II, es sobreexpresada en células cancerosas pulmonares, particularmente en adenocarcinomas (Molina-Romero, Vergara, Arrieta 2018)
Al tener un conjunto de proteínas secretadas específicamente por células cancerosas pulmonares, es el momento de encontrar el virus capaz de generar estos antígenos dentro de los linfocitos T del paciente.
Bei et al, encabezaron un experimento en donde se tomó uno de los antígenos oncofetales más estudiados (antígeno carcinoembrionario) y se produjo un virus recombinante con dicha sustancia. El virus, rV-CEA, indujo actividad anti-tumoral en un modelo murino después de tres inoculaciones. Junto con esta estrategia y muchas más por venir, el potencial que desembarca esta terapia de transferencia celular activa incita a un futuro prometedor cuando se refiere al tratamiento del cáncer.   
Al inducir a un paciente a una terapia con CAR T-cells, se deben de contemplar los posibles efectos secundarios que este prototipo presenta. El problema más común es el síndrome de liberación de citoquinas, el cual consiste en una respuesta del sistema inmune a la multiplicación a gran escala de linfocitos T modificados. Este efecto secundario es de esperarse, ya que afecta alrededor de un 80% de los pacientes con linfoma o leucemia, que fueron tratados con este método (DeMarco, 2018). Los síntomas generados por el SLC son fiebre, nauseas cefalea, gripe y fatiga; que generalmente duran de 5 a 7 días. Existen otros síntomas más severos, pero se han presentado en casos más particulares, los cuales han sido tratados con fármacos tales como el tocilizumab (LLS,2015)
Conclusiones
La transferencia celular activa de linfocitos T con receptores de antígeno quimérico abren ampliamente el campo de investigación del tratamiento del cáncer. Es cuestión de experimentar con diversas proteínas y virus para llegar a un resultado que beneficie al paciente de la manera más efectiva posible, considerando los efectos colaterales que la molécula conlleve. Apoyándonos en los pilares de la inmunoterapia y la biomimética, modelar un prototipo apto para la erradicación de células cancerosas pulmonares cada vez está más cerca de la realidad.

Referencias:
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·         F. Lozano Soto (2012). «Introducción al sistema inmunológico, sus principales elementos y la respuesta inmunitaria». Farreras; Rozman, eds. Medicina Interna (17 edición). Barcelona, España: Elsevier España. pp. 2453-2488. ISBN 9788480868969.
·         Syn, Nicholas; Wang, Lingzhi; Sethi, Gautam; Thiery, Jean-Paul; Goh, Boon-Cher (2016-07-01). "Exosome-Mediated Metastasis: From Epithelial-Mesenchymal Transition to Escape from Immunosurveillance". Trends in Pharmacological Sciences. 37 (7): 606–617. doi:10.1016/j.tips.2016.04.006ISSN 1873-3735PMID 27157716.
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·         Elliott, R. L., & Blobe, G. C. (2005). Role of Transforming Growth Factor Beta in Human Cancer. Journal of Clinical Oncology, 23(9), 2078–2093. doi:10.1200/jco.2005.02.047 
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·         Molina-Romero, C., Vergara, E., & Arrieta, O. (2018). A novel biomarker protein panel for lung cancer, a promising first step. Translational lung cancer research, 7(Suppl 4), S304–S307. doi:10.21037/tlcr.2018.12.09
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